Los cuidados en la tercera edad
En el comienzo de la tercera edad se cuestiona mucho que el
ser “Viejo” pero solo es cuestión de salud y actitud. También va acompañada del
retiro de la actividad laboral, pasando a integrar la denominada clase pasiva,
y de la llegada de los nietos. Muchos de ellos quedan viviendo solos o son
internados en geriátricos, lo que afecta mucho su estado anímico, que a su vez
repercute en lo físico y es por lo mismo que necesitan un mayor cuidado como
los siguientes:
Higiene personal
Una adecuada higiene personal para el mantenimiento de una vejez saludable
y la prevención de ciertos problemas como son infecciones, problemas en la piel
o malestar general.
Higiene corporal:
Para empezar, se recomienda ofrecer un espacio de aseo que
procure la seguridad de la persona y la dignidad. Si requiere de ayuda y en la
medida de lo posible siempre hay que comunicarlo y obtener consentimiento.
En el lugar de aseo y en su caso deben colocarse las ayudas
técnicas indispensables para la higiene correcta.
La higiene corporal se realizará en el lugar que se precise
(la persona está encamada o no). La temperatura ambiental debe ser la adecuada,
entre 22 y 25°C.
Se deben tener a mano
los productos a utilizar como por ejemplo un gel pH neutro.
Higiene bucal:
La higiene bucal es fundamental en el cuidado básico del
anciano e importante para evitar posibles infecciones. Debe realizarse después
de cada comida o cuando sea preciso. Si
la persona mayor no puede hacerlo sola, el cuidador debe realizarlo limpiando
cada parte con detalle y aplicando después un protector labial. En caso de
utilizar una prótesis dental también deberá lavarse diariamente.
Alimentación
saludable
El proceso de envejecimiento lleva asociados ciertos cambios
fisiológicos que modifican las necesidades nutricionales de la persona. Con
cierta frecuencia estas necesidades no se alcanzan apareciendo malnutrición y
algunas consecuencias.
La alimentación en la vejez se organiza mediante unas pautas
nutricionales coherentes con las necesidades fisiológicas, la actividad física
realizada y la salud general. Según los expertos estas pautas deben ser las
siguientes:
Proteínas. Ingerir el 20% de la dieta (pescados, proteínas
vegetales o lácteos desnatados).
Hidratos de carbono. Alrededor del 55%. Se recomienda
consumir legumbres, cereales integrales, vegetales y disminuir el consumo de
azúcar.
Aumentar su consumo en la vejez mediante frutas, aceite de
oliva, frutos secos, vegetales, etc.
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